CAPÍTULO 88 : UNA COMIDA EXTRAÑA

Bien, llegados a éste punto, queda la maravillosa hora de la comida, ya sabéis por que lo he comentado y mucho que en  Saint Andrew, la comida es bastante desigual, a nadie le gusta lo que, para nuestros jóvenes cuerpos en edad de crecimiento y desarrollo para los adolescentes de Secundaria, es importante éste hecho, la comida debe ser equilibrada y eso debe ser para todos los alumnos, por lo que eso de comerse hamburguesas con patatas fritas y cocacola, aquí eso no iba a entra jamás, eso lo tendríamos que dejar en caso extremo para cuando uno está fuera del colegio de vacaciones, entonces si.A lo que íbamos, la vida diaria del colegio seguía, la zurra que me dieron en clase estuvo vigente unos días, en los que me molestaba bastante el hecho de poder sentarme, pero aguantaba, y más aún, tras estar el el despacho del señor Edwing, Nollen y yo tras habernos encontrado con el Prefecto en la escalera, y dónde hubo el incidente, ahora nos dirigíamos al patio un rato, bueno eso de patio debo aclarar que no es tal, es el jardín que hay dentro del colegio, dónde los muros altos lo protegen de miradas exteriores, pero algo nos detuvo a ambos, el padre Raphael estaba conversando con la enfermera, la señorita Rose Beilwood, y estaban además hablando de una forma que creíamos que era seria, pero seguimos adelante por que el padre Raphael nos había visto y claro está temíamos su reacción ante nuestra inesperada llegada a esa zona de la puerta del jardín, tampoco es que nos hiciera algún gesto de, ir hacía él, todo lo contrario, después de vernos pasar, giró de nuevo si mirada en la enfermera para seguir hablando.Nollen me comentaba,-Has visto eso, de que estarán hablando esos dos ?-No lo se tío pero no tiene pinta de ser nada bueno, cuando un cura y una enfermera se ponen a hablar, es algo que nos deberá preocupar a todos, -No que va, me decía Nollen eso es que están enamorados, y como todas las parejas extrañas esconden su relación.Lo que Nollen no podía imaginarse es que estaba cerca de su tesis lo que sucedía, aunque no era con el padre Raphael, ella, la señorita Beilwood estaba enamorada, si como decía Nollen, pero el hombre en cuestión era uno de los trabajadores del recinto, un jardinero para ser exactos, llamado Thomas Rooney, de él os hablo ahora, es un joven de unos 27 años, contratado por la escuela para atender las necesidades del jardín, venía de una zona bastante pobre y tenía una familia peculiar, nosotros como alumnos, teníamos prohibido hablar con él para no ser influenciados, y si éste era cogido, hablando con nosotros, se le despediría sin más, y como ya sabéis, aquí los listos nos saltamos algunas normas, y hablar con él lo hacíamos a escondidas, nosotros nos podíamos ganar un señor castigo si lo hacíamos, a pesar de eso conversábamos con él.De repente sonó la campana y el padre Raphael, se despidió de la enfermera mientras nosotros hacíamos la oportuna cola para seguir al padre por el pasillo hasta el comedor, dentro del comedor los de Primaria estaban acabando, pero el Director ordenó que entrásemos y eso hicimos, para colocarnos en nuestros sitios, Nollen me comentaba, -Tú que crees que habrán estado hablando esos dos ?,. -Yo creo que no son novios, pero si, que no vas mal encaminado con eso, y empezaron a servir los platos, lo primero una especie de crema de verduras, muy verde y muy espesa, y lo segundo era Ross Beff con patatas y guisantes, y puré de patatas, y de postre algo tropical, piña al natural, solo se oía en esa sala los cubiertos, nadie hablaba y los Prefectos de zona iban y venían de la mesa que ellos tenían separada a la nuestra, y vigilándonos, yo le dije a Nollen, -Aún me duele la azotaina que recibí esta mañana en clase, tengo las nalgas ardiendo, Nollen me indicó, -Eso te lo arreglaré ésta noche en el cuarto, si te dejas, claro, no, no penséis mal, Nollen se refería a una pomada que tenía y como es una zona en la que yo no llego por lógica, él me la pondría, -Mano de santo Charles el alivio es casi inmediato, mañana en las duchas tendrás por desgracia las costras de las marcas pero nada más.La comida fue perfecta pero faltaba alguien en la mesa y que estaba comiendo en la cocina, si exacto, un compañero nuestro de clase que el padre Raphael obligó a comer allí por no saber comportarse ante los demás en la mesa, y que seguiría allí al menos hasta Diciembre.Las comidas quizá es la parte que menos importa de mi vida ahí dentro, dónde aprendí muchas cosas, y de hecho os vais a sorprender de muchas de ellas..........